- En primer lugar, por los efectos sobre su desarrollo emocional y psicosocial. Esta experiencias inciden en la manifestación de desórdenes conductuales y emocionales y afectan a su visión del mundo y de sí mismo.
- En segundo lugar, un ambiente violento, sea por la propia familia, o el que se vive en la comunidad o barrio del niño, compromete la capacidad de los padres para satisfacer de cuidado y apoyo, bien porque sean los propios progenitores los agresores o víctimas, bien porque la violencia en la comunidad les lleve a sentirse atemorizados e indefensos.
Los efectos de la experiencia de la violencia son diversos. En términos generales, se ha encontrado que la hostilidad emocional entre los padres se relaciona positivamente con la conducta agresiva y antisocial de los hijos. Por otro lado el abuso físico es el que más se relaciona con la conducta agresiva y antisocial de los jóvenes. Los niños que ha sido agredidos físicamente por sus padres, asaltan y agreden mas a sus cuidadores y a sus iguales que los niños abusados sexualmente o los niños rechazados o los no abusados. Algunos estudios sugieren que estas conductas esta relacionadas con el deseo de protegerse de futuros malos tratos.
Muy acertado este post sobre todo en lo que se refiere a la conducta del niño para defenderse de futuras agresiones (es como un entrenamiento que se impone el propio niño para poder luchar en un futuro contra sus agresores). Espero con ansia que publiques post relacionados con este pues son muy interesantes
ResponderEliminar